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El verano no es el mejor amigo del ojo seco

El verano no es la época más fácil para los pacientes con la enfermedad del ojo seco (EOS) leve o moderado. Factores como los aires acondicionados, el cloro de las piscinas o el calor influye para que los síntomas empeoren.

“El verano es un factor de empeoramiento de una de las causas más frecuentes del ojo seco: el ojo seco evaporativo. Es aquel en el que a la película lagrimal le falta una capa de grasa. Esta contiene un impermeable que protege frente a la evaporación”, explica la oftalmóloga Begoña Ortiz de Zárate, especialista en ojo seco en Miranza IOA.

La enfermedad más frecuente causante del ojo seco evaporativo es la blefaritis, o la disfunción de glándulas de Meibomio. Es una inflamación de los párpados que se acompaña de una lágrima de mala calidad.

Pues bien, esta blefaritis empeora en las épocas de calor. Y, a su vez, los síntomas de sequedad. “Ocurre no solo porque haya alteración en la cantidad y la calidad de la lágrima, sino porque hay un componente inflamatorio”, asegura Ortiz de Zárate.

Estos pacientes empiezan a notar cómo se les ensanchan y enrojecen los párpados. También tienen caspas o una película en la base de las pestañas que se contamina con ácaros y bacterias de la propia piel.

“Por lo tanto, el verano trae consigo el riesgo de infecciones, de blefaroconjuntivitis o de orzuelos. Si a todo esto le sumamos las piscinas, el cloro, sudor o cremas de protección solar, aumenta el componente irritativo del ojo seco por blefaritis. Y eso tiene que ser tratado”, recalca.

Empeoran las dermatitis

La oftalmóloga también señala que empeoran las dermatitis relacionadas con el ojo seco, como la dermatitis rosácea. Estos pacientes tienen una gran fotosensibilidad, por lo que empeoran con la exposición al sol. Lo mismo ocurre con las dermatitis atópicas y las seborreicas. Los brotes de estas afecciones hacen que los ojos estén peor.

Otro factor son los hábitos de vida. Si el paciente con EOS está de vacaciones y se olvida de las pantallas, probablemente mejore. Si por el contrario se encuentra trabajando con un ordenador en un edificio con aire acondicionado, parpadeará menos y tendrá más síntomas. Si, además, al salir el aire, este es caliente, notará aún más la sequedad.

Y lo mismo ocurre con los niños. Algunos dejan de jugar al aire libre para estar más horas con pantallas de ordenador y videojuegos, por lo que pueden sufrir los problemas de ojo seco. Las piscinas, que pueden estar hipercloradas o con un PH no muy bien regulado, “suponen un plus irritativo para quienes poseen una superficie ocular frágil o usen lentes de contacto”.

La implicación de la luz

En el caso de la luz, la doctora explica que, por una parte, es causa y, por otra, síntoma: “El paciente que por la exposición a la radiación ultravioleta, o por exposición al sol o al día luminoso, se le secan los ojos para aumentar su exposición y su evaporación, lo primero que acusa es una fotofobia intensa”.

“Todo lo que produce una sequedad brusca provoca una defensa frente a la luz, que obliga al paciente a mantener prácticamente los ojos cerrados. Por sí misma no es negativa, pero es un síntoma de descompensación de su ojo seco. Hay un daño, no necesariamente severo, en la superficie ocular”, afirma la especialista.

La importancia de tener la película lagrimal sana

Porque la película lagrimal es absolutamente fundamental para proteger la superficie ocular, así como para darnos calidad visual. Toda la superficie del ojo (la córnea, la conjuntiva y la cara interna de los párpados) está cubierta por una capa fina de células, llamada epitelio.

Es la primera barrera defensiva y está protegida por la película lagrimal. Necesita que sea sana, lo que implica que tenga volumen y estabilidad suficiente, además de una química adecuada. “Si es así, mantiene la hidratación permanente de toda la superficie ocular, fundamental para la salud de ese epitelio. También tiene un efecto lubricante, un efecto de protección frente a las infecciones, y un mecanismo de defensa frente a las agresiones externas”, afirma la doctora.

Además, añade que, “junto con la córnea, forman la primera lente más importante del ojo. Es el parabrisas. Lavamos con cada parpadeo. De eso va a depender nuestra estabilidad y nuestra calidad visual”.

Acudir pronto al especialista

El ojo seco es la serie de síntomas y signos que se producen por alteraciones de la película lagrimal en volumen o estabilidad. Hay muchos grados y niveles, pero la doctora Ortiz de Zárate señala que, lamentablemente, les llegan a consulta los casos cuando ya son más graves.

Por ello, acudir a un especialista en ojo seco desde el principio es fundamental. Para tratarlo y para evitar que el empeoramiento afecte al bienestar del paciente o a su rendimiento laboral.

blanca.erce@gruposaned.com

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