Con la evidencia científica disponible, se sabe que la simplificación de tratamientos mejora su adherencia. Es fundamental para los pacientes que se simplifique su toma al realizar combinación de fármacos, reduciendo la cantidad de pastillas que tiene que tomar el paciente, dado a que muchos enfermos presentan pluripatologías y necesitan varios tratamientos de forma crónica.
Es importante la simplicidad en los horarios, prefiriendo los tratamientos de dosis única al día sobre aquellos en los que se necesitan varias dosis. En cuanto a los tratamientos crónicos de dislipemias, la dosis de toma es única, aun así, el poder simplificar la toma de un solo fármaco combinando varios mecanismos de acción ayuda enormemente a que el tratamiento sea seguido de forma crónica.
Esta es la forma de que el tratamiento tenga utilidad y se mantenga en el tiempo, con la finalidad de que el paciente esté en rango de objetivo según marcan las últimas guías de dislipemia.
Los pacientes no adherentes o con poca adherencia al tratamiento necesitan comodidad en la administración de los fármacos.
Tomando como ejemplo los síndromes coronarios crónicos, una revisión sistemática de estudios epidemiológicos demostró que un porcentaje importante de pacientes no cumplen con el tratamiento farmacológico y que el 9% de los eventos cardiovasculares en Europa son atribuibles a una mala adherencia. Por ello, las medidas que puedan simplificar los tratamientos deben contribuir necesariamente a mejorar estos porcentajes.
La adherencia al tratamiento es importante. Sin embargo, solo la mitad de las personas que salen de la consulta del médico con una prescripción tomarán el fármaco según las indicaciones recibidas.
Entre las muchas razones para incumplir el tratamiento farmacológico, el olvido es la más habitual.
Es evidente que si una persona no sigue el tratamiento los resultados van a ser subóptimos.
La no adherencia puede tener consecuencias graves o costosas. Si se tomara la medicación según las indicaciones recibidas, se evitarían 23% de los ingresos en centros médicos y 10% hospitalarios, numerosas consultas médicas y pruebas diagnósticas, además de tratamientos innecesarios.
La no adherencia al tratamiento no solo aumenta el coste de la atención médica, sino que también puede empeorar la calidad de vida.
Los pacientes no adherentes son personas mayores y polimedicados. Aunque es probable que la vejez por sí misma no afecte al cumplimiento terapéutico, este se ve influido por varios factores que son frecuentes en las personas mayores, como el deterioro físico o mental, la utilización de varios fármacos y el riesgo aumentado de interacciones farmacológicas y de efectos secundarios.
El hecho de tomar varios medicamentos de forma simultánea hace más difícil de recordar cuándo se debe de tomar cada uno y aumenta el riesgo de interacciones.
Para mejorar el cumplimiento y reducir el riesgo de interacciones, el médico puede simplificar el régimen farmacológico usando un fármaco que cumpla dos propósitos, o bien reduciendo el número de veces que debe tomarse el medicamento.
Las personas cumplirán mejor el tratamiento si tienen una buena relación con su médico y su farmacéutico. Esto implica una buena comunicación en ambos sentidos de la relación. La comunicación puede comenzar con un intercambio de información. Es muy importante una buena comunicación, dado que eso garantiza que se tenga conocimiento de los fármacos prescritos por otros profesionales y podrá establecerse un plan terapéutico integrado.
Las combinaciones de estatinas consiguen que la terapia farmacológica sea fácil de recordar. De esta forma, la combinación de las estatinas con ezetimiba simplifica el tratamiento de los pacientes, muchos de ellos polimedicados. Al combinar el tratamiento, el porcentaje de éxito se incrementa en pacientes de riesgo con mejor tolerancia al fármaco y con vista a cumplir objetivo terapéutico. La simplificación en cuanto a la cantidad de pastillas y horario es clave para llegar al objetivo del paciente con su riesgo cardiovascular.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina Familiar Mª Carmen Romero Corroto, Ismael Balaguer Bellés, José María Tirado Moliner, Josep Ignaci Gelabert i Vea, Lidón Pla Meseguer y Salvador Comes Palomero, de Castellón; Antonio García Martínez, Francisco Antonio Cofán Sabas, Emiliano Quiroga Gayoso, José Ovidio Yañez Fernández y Luis Antonio González Rodríguez, de Ribadavia, y Salvador Rey Suarez, Jordi Reguart Aransay, Gabriel González Vázquez, José Ángel González Alonso, Miguel Ángel González Rodríguez y Luisa Valladares Rodríguez, del Centro de Salud A Valenza.
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