Un estudio de la Universidad de Kobe (Japón) revela cómo afecta el grado de obesidad a la prevalencia de las tres comorbilidades más comunes (diabetes, hipertensión y dislipidemia) en hombres y mujeres de forma diferente, siendo la dislipidemia la menos frecuente en las mujeres, pero en los hombres el riesgo es el mismo en las tres.
El análisis de los datos de aproximadamente 11.000 japoneses de 65 años residentes en la ciudad de Kobe mostró que el aumento de la obesidad elevaba el riesgo de las tres enfermedades en los hombres. Sin embargo, en las mujeres, el aumento de la obesidad elevaba significativamente los riesgos de diabetes e hipertensión, pero solo ligeramente el de dislipidemia.
Los resultados, que han sido publicados en ‘Scientific Reports’, indicaron que la pérdida de peso es eficaz para reducir la diabetes, la hipertensión y la dislipidemia en los hombres, y la diabetes y la hipertensión en las mujeres. Sin embargo, la mera pérdida de peso no basta para reducir la dislipidemia en las mujeres.
Este estudio pone de relieve la importancia de comprender exactamente cómo afecta la obesidad a la progresión de las enfermedades concomitantes en los distintos grupos étnicos y géneros, de modo que se pueda ofrecer a los pacientes una orientación y un tratamiento más adecuados.
La diabetes, la hipertensión y la dislipidemia son afecciones comunes relacionadas con la obesidad que provocan el endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis), lo que está relacionado con el desarrollo de afecciones potencialmente mortales como accidentes cerebrovasculares y cardiopatías.
Durante la investigación, se analizó la prevalencia de tres comorbilidades relacionadas con la obesidad (diabetes, hipertensión y dislipidemia) en distintos niveles de IMC utilizando datos de residentes de 65 años de la ciudad de Kobe afiliados al Seguro Nacional de Salud de Japón. Además, los investigadores también evaluaron el riesgo de aparición de enfermedades en los niveles de IMC más elevados en comparación con los de peso normal (riesgo de enfermedad).
En cuanto al riesgo de enfermedad, un mayor IMC se correlacionó con un mayor riesgo de las tres enfermedades en los hombres. En cambio, en las mujeres, el riesgo de diabetes e hipertensión aumentó significativamente con el IMC, pero el riesgo de dislipidemia solo aumentó ligeramente, alcanzando su máximo en el grupo de obesidad de bajo nivel.
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