Según la Encuesta Europea de Salud en España, las enfermedades crónicas afectan a más de 22 millones de personas, lo que significa un 54 por ciento de la población, con especial prevalencia en mayores de 65 años. Las farmacias son, a menudo referentes de atención para los pacientes crónicos y su rol es una pieza clave también para fomentar el autocuidado y de la educación de las personas sobre sus patologías.
En el marco de la sesión de innovación “Integración de los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales en el proceso asistencial del paciente crónico” del Congreso Nacional Farmacéutico, Ana López-Casero, farmacéutica y miembro del comité directivo del Consejo General de Colegios Farmacéuticos y Montserrat Miró, responsable de organizaciones médicas y sanitarias de Boehringer Ingelheim España han respondido a algunas preguntas sobre el tema.
Montserrat Miró Queralt
Los profesionales farmacéuticos llevan a cabo una labor crucial en la atención de los pacientes desde la farmacia comunitaria y los servicios de farmacia hospitalaria. Los llamados Servicios Profesionales de Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) son además un valor añadido. Desarrollan diferentes acciones principalmente centradas en la adherencia al tratamiento (detección de incompatibilidades, duplicidades, reacciones adversas, etc.) y en la promoción de la salud (adecuación de los hábitos de vida, cuidados específicos, detección de empeoramiento, etc.). En el caso específico de los pacientes crónicos, por sus características e idiosincrasia, son servicios muy útiles y que les ayudan.
La misión de Boehringer Ingelheim es aportar valor a través de la innovación y mediante ésta mejorar la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras, por ello, buscamos continuamente nuevas maneras de contribuir a la salud humana y a otras cuestiones que afectan al bienestar de los pacientes. Tenemos un firme compromiso con la cronicidad y participamos activamente en proyectos e iniciativas que buscan mejorar la gestión y la atención de los pacientes crónicos generando foros de discusión y propuestas de mejora (como la Plataforma Cronicidad Horizonte 2025, por ejemplo). También apoyamos proyectos como el que se presenta en el congreso nacional de farmacéuticos sobre la integración de los SPFA en el proceso asistencial desde la perspectiva del paciente, que apoyan y ponen en relieve la labor actual y potencial del rol de farmacéutico/a comunitario/a en el circuito asistencial del paciente crónico.
Los pacientes y farmacéuticos nos han trasladado a través de este proyecto y otros en los que hemos participado, que cuentan con la proximidad y disponibilidad del farmacéutico comunitario como un profesional sanitario más en quien confiar su salud. Al mismo tiempo, se ha detectado que desconocen muchos de los servicios complementarios que se les pueden ofrecer desde la farmacia.
Bajo mi punto de vista queda camino por recorrer en dos ámbitos: en primer lugar, en relación con los Servicios Profesionales de Farmacéuticos Asistenciales (SPFA), se debe trabajar en homogenizar la oferta y dar a conocer mejor el alcance y los beneficios que pueden en la gestión de las enfermedades de los pacientes. El segundo ámbito, en cuanto a gestión integral del paciente crónico, es necesario mejorar la comunicación entre niveles asistenciales e integrar más a la farmacia comunitaria en el circuito asistencial del paciente crónico.
Ana López-Casero Beltrán
El papel de la farmacia comunitaria al paciente crónico es vital para todos los implicados en su seguimiento. Para los profesionales médicos porque necesitan un profesional sanitario cercano, disponible, experto y con una relación de confianza e influencia en el paciente para poder conseguir los resultados en salud y los objetivos del tratamiento prescrito por el médico. Para la Administración porque servicios como la educación sanitaria, la detección de enfermedades ocultas, el control de la adherencia o el seguimiento de los tratamientos en pacientes crónicos aporta mayor eficiencia y genera ahorros al sistema. Y para el paciente porque cuenta con un profesional sanitario experto y conocedor de su situación y entorno social que le acompañará en su proceso asistencial y en su viaje a través de la enfermedad.
Las compañías farmacéuticas son una pieza fundamental en nuestro ecosistema sanitario y tienen un papel muy relevante en la atención al paciente crónico. Pueden desplegar herramientas de formación rigurosas para profesionales y pacientes, promover estudios de investigación y desarrollar proyectos asistenciales multidisciplinares, todas actividades de mucho valor añadido.
Su papel en el desarrollo de proyectos de investigación con la red de farmacias comunitaria, por ejemplo, sobre nuevas formas de trabajo y de comunicación entre los profesionales o sobre el uso de los medicamentos por parte del paciente son muy importantes.
Para los pacientes, la farmacia comunitaria es el establecimiento sanitario más cercano a su casa y una referencia de atención profesional personalizada. En muchas ocasiones buscan ser escuchados, ya que el manejo de ciertas enfermedades o de la polimedicación no es sencillo. Los pacientes demandan una atención cada vez más personalizada y un consejo profesional que les pueda evitar ir al médico en ciertas ocasiones. Quieren más información, sentirse más participes en la toma de decisiones en torno a su tratamiento. El paciente de hoy es un paciente responsable, activo y exigente y quiere que el equipo de profesionales sanitarios trabaje de forma coordinada para ayudarle a gestionar su salud.
El mayor reto es conseguir la continuidad asistencial, trabajar coordinados todos los profesionales sanitarios que atienden a un paciente en lugar de hacerlo de forma fragmentada. Es necesario abordar los procesos asistenciales desde el punto de vista del paciente para detectar puntos de mejora. Es necesario tener circuitos asistenciales más innovadores, contar con herramientas que mejoren sustancialmente la comunicación entre profesionales y con el paciente y compartir el acceso a la historia clínica para poder incorporar información relevante. Todas estas cuestiones mejorarían, sin lugar a dudas, de forma cualitativa y cuantitativa la asistencia que recibe un paciente. Y hoy todo esto es posible gracias a la tecnología que nos permite humanizar mucho más la Sanidad. Ese es el reto: trabajar de forma diferente para garantizar la continuidad asistencial, la seguridad del paciente y los mejores resultados en salud.
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