Las evaluaciones de costo-efectividad se utilizan para comparar intervenciones y las tecnologías en salud que tienen un desenlace clínico en común. Por ejemplo, reducción en la presión arterial, en el colesterol o en el riesgo de infarto. Se caracterizan porque tanto los costes como los beneficios se miden en términos monetarios.
En España, cada comunidad autónoma debe destinar los recursos necesarios para el correcto funcionamiento de su territorio en el ámbito de la Sanidad bajo el modelo de financiación adoptado. Así, es plenamente responsable de una eficaz gestión que asegure a su población la asistencia y prestaciones sanitarias que se recoge en los textos legislativos básicos, teniendo en cuenta la igualdad de acceso para todos los ciudadanos.
En economía de la salud, los costes directos son todos los bienes, servicios y otros recursos consumidos para la provisión de una intervención sobre la salud, mientras que los indirectos son las pérdidas de productividad en una economía nacional como resultado de la ausencia de un trabajador debido a una enfermedad.
Los efectos secundarios indeseables derivados del uso terapéutico de las estatinas, los dos fundamentales, miopatías y elevación de enzimas hepáticas, no justifica no implantar dicho tratamiento por ese riesgo. Esos efectos son dosis dependientes; a más potencia hipolipemiante de la estatina, más posibilidad de efecto secundario.
Su mayor efecto beneficioso inmediato, es decir, el descenso de colesterol LDL, se obtiene con la primera dosis que se utilice.
Después solo se obtendrá, en el mejor de los casos, un beneficio adicional del 6% de descenso del colesterol LDL cada vez que doblemos la dosis de estatina, pero el riesgo de los posibles efectos secundarios subirá de manera exponencial.
Para lograr mejores resultados, se puede optar por el tratamiento combinado de una estatina y ezetimiba. Está especialmente indicado cuando se quiere obtener un importante efecto hipocolesterolemiante, minimizando el riesgo de efectos secundarios, ya que son dos fármacos que actúan por dos mecanismos diferentes bloqueando las dos fuentes de colesterol.
La asociación de dos fármacos sinérgicos permite obtener de manera precoz y segura las cifras objetivo de colesterol LDL, definidas por la evidencia en las guías de práctica clínica. Esto se traduce en una disminución de la morbimortalidad cardiovascular, que se puede conseguir optimizando los tratamientos de los que ya disponemos.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Antonio Roca Verdu, Teresa García Lloret, Sergio Chova Morant y José Antonio Martin Clos, de Gandía.
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