La disminución del colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) se asocia a un descenso de la morbilidad y la mortalidad cardiovascular. Está claramente documentado que el descenso del LDL reduce la mortalidad cardiovascular de una manera directa y clara.
Por debajo de ciertos niveles de colesterol se produce una importante disminución del riesgo de morbilidad y mortalidad debido a accidentes vasculares. No hay una cifra limítrofe a partir de la cual se puedan obtener más beneficios. Lo que está claro es que el cLDL cuanto más bajo mejor. En los pacientes de alto y muy alto riesgo hay que intentar llegar a LDL por debajo 55.
La razón por la que, disponiendo de un arsenal terapéutico adecuado, un elevado porcentaje de pacientes no alcanzan los objetivos de c-LDL es la falta de adherencia al tratamiento de los pacientes o simplemente lo dejan de tomar la medicación. Otra razón es que no hay una conciencia correcta del riesgo cardiovascular sobreestimando los riesgo bajos-moderados y subestimando los altos o muy altos, con lo cual no hay una prescripción adecuada según el riesgo y los niveles de LDL. También hay que incluir la inercia terapéutica.
No se puede pasar por alto que los pacientes en ocasiones no siguen los consejos higiénico-dietéticos y la falta de acceso directo a fármacos de última generación.
Al asociar ezetimiba a la estatina de alta potencia se consigue un descenso adicional, con lo que se mejoran los niveles de cLDL. Además, la tolerancia es buena, con mejor perfil de seguridad y menos efectos adversos.
La combinación de rosuvastatina con ezetimiba es bien tolerada. La eficacia de estatina alta potencia con ezetimiba es mayor que inhibidores de PCSK9 en monoterapia. De hecho, en la mayoría de pacientes no se retiran estatinas y se mantienen a pesar del inicio de los iPCSK9.
Hay que recordar que tanto los estudios, ensayos y revisiones sostienen el beneficio de que el cLDL cuanto más bajo, mejor. Se traduce en menor mortalidad y morbilidad cardiovascular, sin riesgo por LDL a niveles muy bajos. Los niveles de LDL siempre conllevan una mejoría del pronóstico cardiovascular.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Cristóbal Navas Navas, Álvaro Daniel Carrizo Rodríguez, Silvia Serrano García y Mª Teresa Poblet Farres, de Santa Coloma Gramanet, e Isis Molina Mariscal, Francisco López Valenzuela y Jorge Eduardo Cabrera Cespedes.
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