Dos investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), en colaboración con el Hospital Universitario de Zúrich (Suiza) y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona, han concluido que el uso de mascarillas no afecta a la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, pues solo han observado pequeños cambios en este sentido, equiparables a los que se producen al realizar actividades de la vida cotidiana.

Para comprobarlo, el equipo evaluó la hemodinámica (parte de la biofísica que estudia la dinámica de la sangre) y la oxigenación de la miscrovasculatura cerebral, usando tecnologías biofotónicas. Los resultados los presentan ahora en la revista ‘PNAS’.

Diseño de la investigación

Así, los investigadores reclutaron a un grupo de adultos jóvenes sanos como participantes, que se sentaron en una silla a leer un artículo científico, primero sin mascarilla y después con ella puesta. Se evaluaron tanto mascarillas quirúrgicas como FFP2.

Colocando dos sondas en la frente de los participantes mientras leían, los investigadores midieron el flujo sanguíneo, la oxigenación y el metabolismo del oxígeno en el cerebro. Estas sondas utilizan dos tecnologías biofotónicas infrarrojas, y no invasivas, conocidas como espectroscopia de correlación difusa y espectroscopia del infrarrojo cercano de resolución temporal (DCS y TR-NIRS, por sus siglas en inglés). También midieron la función general del cuerpo, evaluando el ritmo cardíaco, la respiración y la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono.

Se observaron pequeñas variaciones

El equipo no observó ningún cambio significativo en los niveles corporales de oxígeno y dióxido de carbono. Sin embargo, sí observaron pequeñas variaciones, estadísticamente significativas, en las cantidades de oxígeno del cerebro y en el flujo sanguíneo cerebral con el uso de ambos tipos de mascarillas.

Sin embargo, los investigadores, Jonas Fischer y Lisa Kobayashi Frisk, concluyen que estos cambios observados son comparables a los que se producen diariamente al realizar algunas actividades de la vida diaria como, por ejemplo, al escuchar un sonido, ver a alguien moviéndose alrededor o al agacharse para atarse los zapatos.

Estos científicos, liderados por el profesor de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) Turgut Durduran, subrayan que su protocolo podría ser útil para investigar más a fondo los efectos de usar mascarillas en otros tipos de poblaciones, como gente mayor, niños, pacientes con patologías respiratorias previas o al realizar trabajos críticos.

También remarcan que las mascarillas podrían interferir en los estudios de monitoreo o neuroimagen, y que en esos casos debería evitarse su uso o supervisar de cerca a los sujetos de los estudios.

Isabel

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