Un aspecto clave para lograr el control de las enfermedades crónicas es la adherencia terapéutica.
La adherencia, entendida como el grado en que los pacientes siguen o cumplen exactamente el tratamiento prescrito por el médico, es un factor fundamental en los tratamientos.
La falta de adherencia es muy frecuente y reduce o puede anular completamente la eficacia de muchos tratamientos. Hay factores muy diversos que influyen en la falta de adherencia, como son el tipo del tratamiento, las características del paciente, la enfermedad…
Los ancianos constituyen un grupo poblacional especialmente expuesto a los factores que facilitan la falta de adherencia, por lo que merece la pena extremar el cuidado al prescribir un tratamiento.
Los médicos a través de actuaciones bastante sencillas pueden mejorar sensiblemente el grado de adherencia de este grupo de pacientes. Sin duda, los tratamientos combinados mejoran la adherencia, como puede ser una combinación a dosis fijas de rosuvastatina 20 mg y ezetimiba 10 mg.
Además de la reducción del LDL, esta combinación proporciona una mayor adherencia al tratamiento, ya que combina ambas moléculas en una sola cápsula, mejora la tolerabilidad muscular, produce menos mialgias y una menor incidencia de toxicidad hepática.
Cuanto más fácil sea para el paciente tomarse su medicación mejor y mayor eficacia, y menor riesgo de efectos adversos. También hay que tener en cuenta el menor coste.
Cuando se diagnostica una enfermedad, puede instaurarse un tratamiento farmacológico, proporcionando las instrucciones sanitarias adecuadas a la singularidad del paciente. A continuación, puede ocurrir que éste ni siquiera acuda a la farmacia, pero si lo hace, se realiza la dispensación del medicamento por el farmacéutico que, a través de la entrevista farmacéutica, comprobará la información que tiene el paciente e intentará aportar los conocimientos necesarios para lograr un buen cumplimiento del tratamiento.
El acto de dispensación requiere un ejercicio de responsabilidad y compromiso. Es evidente que si el paciente toma regularmente el tratamiento prescrito se puede beneficiar de los resultados que se esperan.
Los facultativos otorgan gran importancia al problema del incumplimiento farmacológico, dedicándole tiempo y esfuerzos. Se necesita formación para un mejor manejo de este problema y la participación de médicos, enfermeras, farmacéuticos, trabajadoras sociales, psicólogos clínicos y responsables del ámbito gerencial, pacientes y familiares para poner en práctica estrategias que optimicen los resultados.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Marcelo Carmona Valiente, Benjamín Avilés Moya, David Molina Fernández, Juan María Rubio López, Pablo Tallón Povedano y Elias Vicente Coagira, de Jaén.
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