La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) agrupa a la mayoría de asociaciones y federaciones autonómicas y provinciales integradas por farmacéuticos titulares de oficina de farmacia en España. Su objetivo es promover la viabilidad y sostenibilidad económica del modelo español de oficina de farmacia y del sistema sanitario español en su conjunto. FEFE considera que la farmacia es el eslabón imprescindible entre el médico y el paciente, el complemento necesario para que el diagnóstico y el tratamiento cumplan su función. Entrevistamos a su actual presidente, Luis de Palacio.
Consolidar los niveles de actividad prepandemia, canalizar y promover las ayudas a Ucrania en los envíos de medicamentos con Farmacéuticos Mundi, afrontar el terrible incremento de la presión fiscal y cargas sociales que se ciernen y aprovechar las ayudas europeas que son tan complejas de ejecutar. Creo que las políticas de la llamada agenda 2030, en la medida que no se interrumpan por la guerra, junto con los ODS, apuntan a una constante digitalización de todos los sectores productivos, y por tanto también de la oficina de farmacia comunitaria. Esta digitalización es también un reto enorme para elevar el estándar de calidad profesional, que nos permita pensar que estamos preparados y seremos muy competitivos ante intentos de disrupción del sector por empresas 100% digitales de otros países. Y también que nos permita seguir conectados con una sociedad que a cada lustro que pasa está más digitalizada, asistida de Inteligencia Artificial, de algoritmos, y de todo tipo de servicios en el propio dispositivo particular de cada persona.
Apoyo cerrado a ATA, en contra del incremento que se pretende. Solo es afán recaudatorio, nada se dice de mejorar los servicios o coberturas de la Seguridad Social para los autónomos. De hecho, este aspecto sería fundamental para levantar todas las suspicacias que nos genera la iniciativa de reforma, y sin embargo está vago, difuso, inconcreto.
Es un asunto ya pasado, pero en los momentos que se dieron supuso un malestar importante a las farmacias, porque ocurría en los picos de demanda mundial, y penalizaba el esfuerzo de los farmacéuticos por ofrecer productos muy necesarios en esos momentos. De no haber hecho este esfuerzo, la gente habría tenido que acudir a servicios más caros como las PCR y los test de laboratorios. Efectivamente, ya nos pasó con las mascarillas. ¡De las que primero dijeron que no eran efectivas para frenar el contagio, según los expertos! La regulación del precio máximo en el peor momento de demanda no ayudó a digerir esa demanda, hasta que se normalizó el suministro, que bajó inmediatamente hasta por debajo del precio fijado. Para nosotros, aplaudir una regulación de precios en la peor circunstancia de abastecimiento para “evitar las especulaciones” implica darle carta de naturaleza a esa acusación. Y aunque luego se quiera matizar con que los especuladores son los intermediarios y no los farmacéuticos, la opinión pública ya nos ha incorporado al grupo de los que se lucran con la enfermedad. Todo un despropósito. Por eso siempre nos mostramos contrarios. Además, desde FEFE hemos defendido en todo momento la necesidad de que los farmacéuticos comunitarios realizasen los test, por tratarse de una enfermedad de obligada declaración, por nuestra cercanía, porque podíamos evitar aglomeraciones en las clínicas de análisis como se vieron, y porque tenemos una posición ausente del conflicto de interés que puede tener el propio usuario cuando ve el resultado de su test, exactamente igual que los demás sanitarios.
Nosotros hemos realizado nuestras propias alegaciones para mejorar una ley que quiere modernizar la farmacia. Nos preocupa que se desarrollen profesionalmente farmacéuticos de primera y de segunda (comunitarios). Queremos que toda dispensación esté ligada a un farmacéutico, priorizando la libre elección del paciente y la proximidad inmediatamente después. Las sanciones, las restricciones de nuestra actividad frente a la permisividad de otros, las obligaciones de los destinatarios de la prestación farmacéutica, la existencia de las redes sociales para comunicarse y la responsabilidad que conlleva, o que se exijan iguales requisitos de garantía y calidad para la prestación sociosanitaria desde la farmacia hospitalaria y desde la comunitaria, en vez de las exclusiones subjetivas. Todo ello ha sido objeto de nuestras alegaciones. Nuestro texto de alegaciones ha sido puesto en conocimiento de todas las territoriales de la Federación y también del propio COFM. Ha sido realizado por letrados muy especializados en alegar a distintas leyes autonómicas de ordenación, y por tanto creo que tienen un rigor técnico y una autoridad nada desdeñables. Sobre el resto de alegaciones presentadas, me ha sorprendido el nivel de alarma que se le ha querido dar desde algunos ámbitos, frente al silencio que hubo cuando en otras leyes autonómicas regularon ya las entregas domiciliarias de medicamentos y otros aspectos que se plantea este proyecto de ley de Madrid, que son los más aludidos constantemente. En cualquier caso, muchas de las cuestiones alegadas también están recogidas en nuestro escrito.
Ceñidos a las asociaciones de naturaleza empresarial, todas las asociaciones en España tienen ámbito territorial y completo autogobierno. Todas forman parte de FEFE menos FEFAC, de Cataluña, que se escindió y no está interesada en completar la unidad empresarial y sectorial de todos los territorios de España. Ahí FEFE tiene una incipiente asociación, FEC, que operará como el resto, ojalá que con éxito y una gran participación. Existen en otro plano, aunque relacionado con el mundo empresarial, asociaciones relacionadas con grupos de farmacias de cierta visibilidad, como ANACEV, o en formulación, como AEFI o de farmacias especializadas en SPD, o incluso de asesores laborales y fiscales de oficinas de farmacia como AMAF, que, aunque no las representen, conocen perfectamente problemáticas específicas del sector. Además, hay asociaciones en otros ámbitos y naturaleza, científico, como SEFAC, rural SEFAR, de formulistas AEFI, o Farmamundi, que ahora son tan relevantes por su proyecto de envío de medicamentos a Ucrania. En resumen, FEFE engloba toda asociación empresarial de oficina de farmacia, y ostenta la representación como agente social de todos los titulares de oficina de farmacia comunitaria y la defensa de sus intereses.
Creo que la unidad sectorial defendiendo nuestros intereses es fundamental para no ir divididos. Dicho esto, en FEFE hay muy distintas sensibilidades y problemas para cada territorial y es importante mantener una cabeza que reúna el consenso y respete las peculiaridades. La fuerza o reputación de una región mediante determinadas acciones tendría que servir en otra donde cuesta lograrla. El uso de una marca común también nos refuerza a todos.
En el último observatorio publicado se destaca el incremento de la actividad en OTC y la venta libre frente al mes de enero del año anterior, evaluando el sector. También se resume y comunica la posición de FEFE en cuanto a la revisión de la normativa de los índices correctores de las farmacias llamadas VEC, donde vemos insuficiente la actualización de las ayudas, cuando lo que habría que acometer es la remuneración a los profesionales que están dando los servicios en esas poblaciones, a los que además se les exigen más guardias que a nadie sin pagarles nada por ello.
Históricamente es cierto que Cataluña pagaba por encima del convenio nacional. Me parece que la eliminación por parte de esos dos convenios de la paga de beneficios en la última negociación es lo que explica la situación. Nosotros mantenemos 15 pagas, aunque el árbitro en 2014 prorrateó la de beneficios en las otras 14, con lo que la masa salarial se ha mantenido e incluso se ha revalorizado por encima de la inflación acumulada entre 2014-2022. De todas formas, si los agentes sociales quieren, siempre pueden decidir conjuntamente adoptar el convenio nacional. Tenemos precedente en Alicante, que se pasó al nacional.
Estamos integrados en CEOE y CEPYME desde hace mucho tiempo, con participación en ambas Juntas Directivas, y desde hace cuatro años también participamos en el Comité Ejecutivo de CEOE. ATA se integró con el inicio de la presidencia de Antonio Garamendi, y lo considero un éxito estratégico de las organizaciones empresariales. Nuestra relación con ATA es excelente, apoyamos plenamente la defensa que lidera frente a las reformas del régimen de autónomos que pretende el gobierno. También apoyamos y pedimos que se nos permita a los autónomos un régimen fiscal equiparable al de las sociedades en cuanto a gastos deducibles, y que es un problema que tenemos muchísimos autónomos en común.
La primera plataforma colaborativa que se puso en marcha fue de la FEFE de Ciudad Real, y Castilla La Mancha, “Quien lo tiene”. Inmediatamente, y en paralelo, se desarrollaba el proyecto de Luda con el asesoramiento de la patronal de Madrid, Adefarma, con más funcionalidades, mayor potencia de la plataforma y mayor financiación privada. Este año pasado, el CGCOF ha promovido Farmahelp, anunciando la misma funcionalidad de colaboración en plataforma para localizar medicamentos. No parece por lo tanto que el problema sea una plataforma colaborativa en sí misma. FEFE siempre ha opinado desde la independencia y desde el interés de las oficinas de farmacia. La Federación no tiene participación económica alguna. Los acuerdos de colaboración deben ser aceptados por la Junta Directiva, y no tenemos ninguno firmado en este ámbito. De hecho, Luda realizó acciones comerciales utilizando nuestro logo y nombre, y les pedimos que cesasen en esta labor por la ausencia de permisos. La posición de la Federación es de respeto a las de las territoriales que la conforman. En cuanto a plataformas digitales hay distintas posiciones, y por tanto la Federación se debe ceñir a lo básico que nos une a todos: cumplimiento estricto de la legalidad vigente, y que nuestro interés es que el medicamento sea dispensado por el farmacéutico de mayor cercanía, sin perjuicio de la libre elección del usuario. Es de largo la opción más eficiente de logística, económica y de optimización de recursos profesionales.
La participación de distintas empresas que ofrecen servicios a las farmacias en el FEFE ONE DAY es una constante. Al no participar FEFE de ninguna de ellas, el único objetivo es estimular en los farmacéuticos el conocimiento de las tendencias y propuestas interesantes que se van dando. Todavía tenemos mucho programa que decidir, pero nos encantaría poder presentar soluciones que vamos viendo de terceros en materia de mercado de empleo sectorial y pool de talento, soluciones para la implantación y mejora de servicios profesionales, plataformas de formación y conocimiento aplicado, entre otras.
Sí, animo encarecidamente a todos los farmacéuticos a formar parte de su empresarial y apoyar con su membresía el movimiento empresarial. Nuestro debilitamiento institucional como agente social no puede traer nada bueno al sector en su conjunto. La participación mayoritaria nos otorga una representatividad mucho más potente que la que pueda tener quien goza de una afiliación por imperativo legal, porque la nuestra es voluntaria. Y la solvencia económica de la Federación podría permitir una actuación más potente en tribunales, ministerios, y más ámbitos en los que actuar. Nos daría recursos para plantearse proyectos propios de la patronal, como hacen nuestros vecinos de Portugal, la ANF. Y podríamos contar con personas interesadas en participar y dar los relevos necesarios en toda institución. Algo muy necesario para todo nuestro sector y en muchas instituciones.
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