Los olvidos y el abandono son los motivos más frecuentes de la falta de cumplimiento terapéutico. Esto conlleva importantes riesgos para la salud de los pacientes.
Está directamente relacionado con el perfil del paciente y su grado de adhesión terapéutica, aunque hay otros factores, como el número de medicamentos que tiene que tomar al día. De ahí, la importancia de las combinaciones fijas.
La relación médico paciente también influye. Si es buena el cumplimiento es mejor. Hay que explicar al paciente el motivo por el cual debe tomarlo y las ventajas de hacerlo correctamente.
Sí existen diferencias de adherencia entre distintos pacientes. El paciente hipertenso cuando tiene sus cifras aceptablemente controladas deja de tomar la medicación durante algún tiempo.
En los diabéticos sucede una situación similar. Se hacen controles de su glucemia con tiras, si ven la glucemia está aceptablemente controlada, se relajan en la toma de medicación.
Sin embargo, los pacientes con dislipemia no la cuantifican desde domicilio, lo hacen con los controles desde consulta, por lo que suelen ser más cumplidores con la toma de medicación.
El incumplimiento de la prescripción es un hecho bien conocido, especialmente en las enfermedades crónicas, aunque no se suele valorar adecuadamente sus consecuencias clínicas.
La falta de cumplimiento puede hacer referencia al rechazo inicial del tratamiento por el paciente, a la alteración de la dosis o el intervalo y a la interrupción prematura del tratamiento.
La interrupción prematura de los tratamientos farmacológicos se produce con mayor frecuencia en enfermedades asintomáticas que no presentan un compromiso vital inmediato, como la hipertensión. Esta forma de incumplimiento sitúa al paciente en un nivel de riesgo cardiovascular y cerebrovascular similar al observado en ausencia de tratamiento.
La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) calcula que el 40% de los pacientes no se medica correctamente. Esto supone ingresos y visitas médicas, y tiene un coste tanto en vidas como económico, estimado en 18.400 muertes prematuras y 11.000 millones de euros al año.
Existe evidencia entre incumplimiento y aumento de la morbimortalidad cardiovascular. Un mejor control de los diferentes factores de riesgo cardiovascular (HTA, dislipemia, diabetes, obesidad, etc ) se refleja en una disminución de la mobimortalidad cardiovascular. Cuanto antes se logre que el paciente tenga un control óptimo de los factores de riesgo cardiovascular, se evitarán hospitalizaciones y muertes.
En personas mayores polimedicadas por sus múltiples comorbilidades reducir el número de pastillas evita errores en la toma. Es un factor que a veces pasa inadvertido, pero en la práctica clínica es muy importante.
Es importante individualizar el tratamiento, teniendo en cuenta el tipo de paciente. Las personas mayores y que viven solas es recomendable no ser muy agresivo y simplificarlos la medida de lo posible para evitar el riesgo de equivocaciones.
La prevención primaria es clave, por lo que hay que evitar caer en la inercia terapéutica. A mejor cumplimiento terapéutico, menor coste económico.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Marcelo Carmona Valiente, Eugenio Gámez González, Jesús López Ávila, María Dolores Medina Pérez, Pablo Tallón Povedano, Lorenzo Escabias Andreu, de Jaén, y Romualdo Sánchez Moreno, José Ramón García Fabero y Julio Antonio Márquez Cera, de Sevilla.
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