Unos sencillos tratamientos de la piel con láser pueden ayudar a prevenir la aparición del carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas, que se conocen como carcinoma de queratinocitos y son los tipos de cáncer de piel más frecuentes, según un estudio realizado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos).
La investigación, publicada en la revista científica ‘Dermatologic Surgery’, revela una estrategia fácil de aplicar para proteger la salud de la piel de las personas.
Los láseres fraccionados no ablativos (NAFL, por sus siglas en inglés) emiten calor de una forma fraccionada que la deja totalmente intacta tras el tratamiento (a diferencia de los láseres fraccionados ablativos, que eliminan la capa superior de la piel), y actualmente se utilizan para tratar cicatrices, piel dañada por el sol, manchas de la edad, etc.; sin embargo, se desconoce su eficacia para prevenir el daño cutáneo.
Para investigarlo, los autores estudiaron a pacientes que habían sido tratados con éxito de carcinoma queratinocitario facial en el pasado. Dichos pacientes tienen un riesgo del 35 por ciento de sufrir un carcinoma queratinocitario posterior en un plazo de 3 años y del 50 por ciento en un plazo de 5 años.
En el estudio, 43 pacientes recibieron terapia NAFL y 52 sirvieron de control y no recibieron terapia NAFL. La tasa de desarrollo posterior de carcinoma queratinocitario facial durante un seguimiento medio de más de 6 años fue del 20,9 por ciento en los pacientes tratados con NAFL y del 40,4 por ciento en los controles, lo que indica que los pacientes tratados con NAFL tenían aproximadamente la mitad de riesgo.
Al controlar la edad, el sexo y el tipo de piel, los pacientes de control tenían 2,65 veces más probabilidades de desarrollar un nuevo carcinoma queratinocitario facial que los pacientes tratados con NAFL.
Además, entre los pacientes que desarrollaron un carcinoma queratinocítico facial, el tiempo transcurrido hasta su aparición fue significativamente mayor en los pacientes tratados con NAFL que en los no tratados.
“Estos resultados sugieren que el tratamiento con NAFL puede desempeñar un papel importante en la protección frente a carcinomas queratinocitarios posteriores. Aunque el mecanismo del efecto protector de NAFL no se conoce por completo, se sospecha que el tratamiento con NAFL reduce la carga global de queratinocitos foto-dañados y puede promover una respuesta de cicatrización de heridas, lo que da a las células sanas de la piel una ventaja selectiva”, ha comentado Matthew Avram, uno de los responsables de la investigación.
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