Tras el diagnóstico de la diabetes, los miedos y dudas varían según la formación y los conocimientos de cada persona sobre la enfermedad.

Los miedos son múltiples, unos los presentan por las posibles consecuencias de la enfermedad, si se cura y por la incertidumbre de no saber en qué medida la diabetes les cambiará su vida.

Uno de los principales miedos es tener que realizar el tratamiento con insulina y de no conseguir buen control de glucemia.

Son muchas las dudas que se plantean en cuanto a la dieta, ya que solo suelen modificar los azúcares refinados, pero no suelen entender el concepto de hidratos de carbonos.

Normalmente, para dudas sobre tratamiento y complicaciones suelen acudir a su médico. Para dudas relacionadas con la alimentación y la administración de insulina suelen acudir a su enfermera. Solo los pacientes más jóvenes suelen consultar en asociaciones de pacientes principalmente a través de internet.

Consultas en internet

La información en internet favorece sobre todo a las personas más jóvenes que suelen tener acceso y saben manejarlo, los pacientes mayores tienen más dificultades.

Es muy importante dar a conocer al paciente que hay mucha información disponible y que no todo es válido o fiable. Por eso, es clave que se centren en páginas de sociedades científicas o asociaciones de pacientes que cuenten con información veraz y de calidad.

En los pacientes mayores se puede utilizar material en formato papel para indicar dietas, ejercicios, para los controles de glucemia… Hay muchos glucómetros que tiene APP que directamente cargan los valores, eso con determinados pacientes es ideal, porque ven su evolución, sus curvas y tal, pero para otros es inaccesible.

Cumplimiento

El cumplimiento varía según el paciente. Lo que más esfuerzo les supone es adecuar la alimentación a los consejos dietéticos. Establecer las equivalencias entre lo que come y los hidratos de carbonos es difícil de entender.

Los pacientes suelen tener dificultades con los cambios en los hábitos alimentarios, como el pan integral de panadería, pasta integral de arroz, no abusar de patatas, compensar siempre con frutas, verduras y proteínas.

La cumplimentación terapéutica no es una dificultad, es raro que no lo hagan salvo que le ocasionen efectos secundarios la medicación.

El segundo campo de batalla es implicar al paciente en los cambios de vida en cuanto a actividad física, sobre todo en pacientes de cierta edad y que nunca han hecho ningún tipo de actividad física.

Apoyo familiar

La implicación familiar es fundamental en el buen control de la enfermedad. Asumir como propios en gran medida los consejos tanto dietéticos como de actividad física supone una ventaja para que el enfermo los realice con un menor esfuerzo.

Extender los hábitos dietéticos a los familiares se puede considerar prevención primaria de salud comunitaria. Apoyar al enfermo con la dieta adaptando las comidas y tener en la dieta mediterránea la base de una alimentación sana con algunas adaptaciones como harinas integrales, resulta una buena estrategia de salud para todos los integrantes de la familia.

Desde la farmacia

Los farmacéuticos también pueden ayudar mucho a los pacientes diabéticos, no solo en asegurarse de que un determinado jarabe tenga o no glucosa, sino recordando el cumplimiento, la dieta y el ejercicio, fomentando que se preste atención a los cuidados de las complicaciones… y derivando a su médico de Atención Primaria para evitar complicaciones.

El farmacéutico debe ayudar a resolver dudas sobre la medicación a los pacientes.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Inmaculada Macías Beltrán, Mónica Rocío García Fraile y María Bermejo Vélez, de Valverde del Camino, y Rosa María Álvarez Domínguez, Federico Ramos de las Heras y Tomás Remesal Barrachina, de Isla Cristina.