La microbiota intestinal influye en la capacidad de perder peso en los seres humanos, según una nueva investigación publicada en ‘mSystems’, una revista de acceso abierto de la Sociedad
Para llevar a cabo su investigación, el doctor Diener y sus colegas se centraron en una gran cohorte de individuos que participaron en un estudio de intervención sobre el estilo de vida. En lugar de una dieta específica o un programa de ejercicios, esta intervención consistió en un programa comercial de entrenamiento conductual combinado con el asesoramiento de un dietista y un enfermero entrenador.
Los investigadores se centraron en 48 individuos que perdieron más del 1% de su peso corporal al mes durante un periodo de 6 a 12 meses y en 57 individuos que no perdieron peso y tuvieron un índice de masa corporal (IMC) estable durante el mismo periodo.
Concretamente, se basaron en la metagenómica, el estudio del material genético recuperado de muestras de sangre y heces. Analizaron los metabolitos de la sangre, las proteínas sanguíneas, los análisis clínicos, los cuestionarios dietéticos y las bacterias intestinales de los dos grupos.
Tras controlar la edad, el sexo y el IMC de referencia, los investigadores identificaron 31 características funcionales metagenómicas de referencia en las heces que se asociaron con las respuestas a la pérdida de peso. Entre ellas se encontraban los genes de degradación de polisacáridos complejos y proteínas, los genes de respuesta al estrés, los genes relacionados con la respiración, los genes de síntesis de la pared celular y las tasas de replicación de las bacterias intestinales.
Un hallazgo importante fue que la capacidad del microbioma intestinal para descomponer los almidones aumentó en las personas que no perdieron peso. Otro hallazgo clave fue que los genes que ayudan a las bacterias a crecer más rápido, multiplicarse, replicarse y ensamblar las paredes celulares aumentaban en las personas que perdían más peso.
“Antes de este estudio, sabíamos que la composición de las bacterias en el intestino era diferente en las personas obesas que en las no obesas, pero ahora hemos visto que hay un conjunto diferente de genes codificados en las bacterias de nuestro intestino que también responde a las intervenciones para perder peso”, apunta Diener.
“El microbioma intestinal es un factor importante que modula el éxito o no de una intervención para perder peso –añade–. Los factores que dictan la obesidad frente a la no obesidad no son los mismos que dictan si se perderá peso con una intervención de estilo de vida”.
La investigación ya ha demostrado que si se cambia la dieta, se puede alterar la composición de las bacterias del intestino. Según el doctor, si alguien tiene una composición de genes bacterianos intestinales que le confiere resistencia a la pérdida de peso, tal vez se pueda alterar su dieta para cambiar a una composición que le ayude a perder peso.
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