Las diferencias entre el corazón femenino y masculino se conocen desde hace tiempo. Por ejemplo, el corazón de la mujer es más pequeño y late de media más rápido que el del hombre. Sin embargo, se sabe mucho menos sobre la forma en que la sangre fluye a través del corazón dependiendo del género y cómo se relaciona con el rendimiento cardíaco.
Para el nuevo estudio, publicado en la revista ‘Radiology: Cardiothoracic Imaging‘, los investigadores utilizaron una técnica de imagen sofisticada llamada resonancia magnética de flujo 4D para analizar las diferencias de género en el ventrículo izquierdo, principal cámara de bombeo del corazón. Derivaron varios parámetros del flujo sanguíneo de las imágenes de resonancia magnética obtenidas de 20 hombres y 19 mujeres y los correlacionaron con la función cardíaca.
Los datos mostraron algunas diferencias significativas entre géneros. La energía cinética, que es un indicador del gasto de energía durante la contracción y el llenado del corazón, fue significativamente mayor en los ventrículos izquierdos de los hombres. La vorticidad, medida de las regiones de flujo rotativo que se forman durante los diferentes puntos del ciclo cardíaco, fue mayor en las mujeres, al igual que la tensión, una medida de la función ventricular izquierda.
“Usando los datos de resonancia magnética, encontramos diferencias en la forma en que el corazón se contrae en hombres y mujeres –explica el autor principal del estudio David R. Rutkowski, investigador en la Universidad de Wisconsin–. Hubo una mayor tensión en la pared del ventrículo izquierdo de las mujeres y una mayor vorticidad en el volumen de sangre. Presumimos que estas dos cosas están relacionadas”.
El estudio y los métodos que empleó tienen varias aplicaciones potenciales, señala el doctor Rutkowski, incluida una mejor comprensión de por qué el corazón de hombres y mujeres responde de manera diferente al estrés fisiológico y la enfermedad. Los resultados también agregan información que algún día podría mejorar la evaluación clínica del corazón.
“Estas métricas de flujo sanguíneo serían útiles como estándares de referencia porque se derivan de personas sanas, por lo que podríamos usarlas para compararlas con alguien que no está sano”, añade.
En este sentido, enfatiza que la capacidad de la resonancia magnética de flujo 4D para proporcionar números para varios parámetros de flujo sanguíneo es especialmente importante.
Actualmente, los investigadores están usando resonancia magnética de flujo 4D para observar a pacientes con fibrilación auricular. Su esperanza es que la resonancia magnética ayude a detectar patrones y relaciones en las aurículas, similares a las que se encuentran en los ventrículos.
“El objetivo de nuestro trabajo en general es pasar de una resonancia magnética cualitativa a una resonancia magnética más cuantitativa –explica–. Obtener información sobre el flujo sanguíneo y la velocidad es solo una métrica más que se está desarrollando para hacer que la resonancia magnética sea más cuantitativa”.
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