Farmacéutico y paciente
La dislipemia es uno de los principales factores de riesgo para la cardiopatía isquémica y el accidente cardiovascular. Un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado son las claves en la prevención cardiovascular.
Las combinaciones fijas de estatinas ofrecen ventajas importantes en este contexto. Su principal ventaja es la mayor eficacia de las combinaciones frente a la monoterapia con estatinas para conseguir el objetivo terapéutico de colesterol LDL.
La tendencia es a intentar alcanzar objetivos de colesterol LDL cada vez más bajos y de forma más rápida para prevenir eventos cardiovasculares.
Duplicando dosis de estatinas se consigue un 6% de reducción de colesterol LDL frente al 20 % que se obtiene combinando estatinas con ezetimiba.
También hay que tener en cuenta que se minimizan las reacciones adversas, como las mialgias y artralgias, y se reduce el coste de los medicamentos.
No hay que dejar pasar por alto un aspecto importante: estos pacientes suelen ser polimedicados y las combinaciones fijas mejoran la adherencia terapéutica y la calidad de vida.
El impacto social, económico y sanitario de las enfermedades crónicas será cada vez mayor por el progresivo envejecimiento de la población. La polimedicación afecta a la seguridad de los pacientes. Por eso, se necesita una respuesta integrada sanitaria y social que mejore los resultados clínicos y favorezca la adherencia a los tratamientos. Al iniciar un tratamiento hipolipemiante, hay que comentar los pros y los contras, los beneficios, vigilar la aparición de posibles riesgos, mejorando así el cumplimiento terapéutico.
No existe una atención integral en salud sin una atención integral del medicamento en los equipos multidisciplinares. El seguimiento farmacoterapéutico implica un compromiso y debe proveerse de formación continuada sistematizada y documentada.
El farmacéutico puede contribuir a la detección de posibles reacciones adversas y efectos secundarios.
Puede informar de recomendaciones en la toma de la medicación y apoyar al paciente en el cambio del estilo de vida. Todo esto podría ayudar a reducir el grado de complicaciones, ingresos hospitalarios y reducir el aumento de comorbilidad.
Además, puede colaborar en reducir significativamente medicación potencialmente inadecuada y gasto en medicamentos.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que es difícil alcanzar un objetivo de LDL~30 mg/dL sólo con medicación, ya sea en combinación o en monoterapia. Se necesita la implicación del paciente en la dieta y ejercicio.
En paciente anciano >80 años no se suele llegar hasta niveles de LDL tan bajos y menos si el paciente no ha sufrido ningún ACV o tiene riesgo cardiovascular bajo.
Para el resto de pacientes, se debe iniciar el tratamiento con estatinas a altas dosis y si esto no funciona optar por combinación de rosuvastatina y ezetimiba.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General Ovidio Campano Hernández y María Concepción Gómez Melero y el internista José Luis Delgado Morales, de Valladolid, y los especialistas en Atención Primaria Manuel Ramos Rodríguez, Antonio Santos Bartolomé, Mariana Mariniuc Marinuc, Juan Manuel García Diaz y Juan Luis Martin Clavo, de Salamanca.
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