Más del 80 por ciento de la población mundial tiene niveles de 25-OH vitamina D insuficientes. Entre ellos, los deportistas son precisamente un colectivo con bajos niveles de 25-OH vitamina D. Esto es especialmente preocupante ya que la hormona D parece esencial en el entrenamiento de resistencia. También tiene un papel potencial para mantener el proceso de regeneración, y de prevenir el daño del músculo esquelético.
Así lo explica Antonio Escribano, especialista en Endocrinología y Nutrición y en Medicina de la Educación Física y el Deporte. “La implicación de la hormona D en la función muscular y la importancia que tiene en la actividad deportiva hacen que en el rendimiento deportivo esta hormona tenga un papel muy destacado. A eso hay añadir la relación con el metabolismo mineral y con la salud ósea. Su implicación en el rendimiento deportivo es esencial y su déficit está implicado en episodios de disminución del rendimiento a todos los niveles”.
Aun así, el número de deportistas de élite que presenta déficit de vitamina D es muy elevado: “he llegado a ver plantillas de equipos con un 70 por ciento o más de resultados deficitarios entre los deportistas. En realidad, es un problema emergente que cada vez es más patente”, explica Escribano.
En los últimos años, cada vez hay más investigaciones que sugieren que la deficiencia de hormona D no se relaciona solo con el raquitismo-osteomalacia y enfermedades metabólicas óseas como la osteoporosis. También con un mayor riesgo de disfunción en múltiples funciones fisiológicas vitales, como el músculo, el sistema cardiovascular, el sistema inmune, el control del crecimiento, y la diferenciación celular a lo largo de la vida, entre otros numerosos procesos biológicos adicionales.
En concreto, la mayoría de la población está en niveles de 25-OH vitamina D iguales o por debajo de 30 ng/ml. Por otra parte, cerca de un tercio tiene concentraciones menores de 20 ng/ml, y por lo tanto sufre deficiencia leve. El 7 por ciento a nivel global tiene deficiencia grave, que serían niveles de 25-OH vitamina D iguales o por debajo de 10-12 ng/ml.
En el caso de los deportistas, la recomendación de intervención mediante tratamiento debería ser pautada para aquellos muestren un nivel insuficiente o deficitario. Es decir, con niveles de 25-OH vitamina D menores de 20/30 ng/ml. A este respecto, según el experto “se ha demostrado que calcifediol es bastante más potente que colecalciferol. Entre otras cosas, porque su tasa de absorción intestinal es mayor. Esto hace muy indicada la administración de calcifediol en los cada vez más extendidos déficits de 25-OH vitamina D en los deportistas”.
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