Farmacéutica y paciente
El abandono, persistencia y cumplimiento del tratamiento son situaciones que están ligadas a la educación sanitaria del paciente y al número de comprimidos que debe tomar.
La relación entre abandono, persistencia y cumplimiento terapéutico es inversamente proporcional; cuanto mayor es el primero, menor son los otros dos y viceversa. Existen diversos factores que pueden influir en el cumplimiento del tratamiento como pueden ser el tipo de administración, y la duración del tratamiento.
También influye que el paciente esté polimedicado y que los tratamientos sean crónicos, así como su complejidad.
Otra causa de abandono podría ser el miedo a los efectos secundarios, sobre todo en pacientes jóvenes o en prevención primaria.
La persistencia es el número de días que el paciente cumple el tratamiento sin interrumpirlo, durante un periodo definido hasta que lo abandona.
El cumplimiento terapéutico es el seguimiento del tratamiento por parte del paciente según las instrucciones del médico.
La evaluación del tratamiento como tal empieza con la correcta cumplimentación del mismo, es lo que se denomina adherencia terapéutica.
El grado de cumplimiento de los pacientes hipertensos y diabéticos es bastante mayor, porque suelen tener síntomas a corto plazo en caso de mal control. Sin embargo, en dislipemia al no producir síntomas a corto plazo y comportarse de forma silente, genera un cumplimiento terapéutico peor.
Las medidas higiénico-dietéticas son muy importantes en el tratamiento de estas tres patologías. Tienen peor cumplimiento la dieta y el ejercicio. En el caso del paciente con dislipemia, es importante reforzar su cumplimiento junto con el tratamiento en las consultas con el médico, ya que ellos no están tan controlados como los hipertensos y diabéticos.
En el caso de los pacientes con HTA y con diabetes, el seguimiento de sus resultados con tensiómetros y glucómetros hacen que su cumplimiento sea mejor y mayor que los pacientes con dislipemia.
Se debe aprovechar la consulta, para revisar con el paciente la toma de su medicación, cómo y cuándo, así como valorar su eficacia, y si presentan algún efecto secundario que pueda afectar al cumplimiento del tratamiento.
En el control de la hipertensión es fundamental tanto el tratamiento médico como las medidas higiénico-dietéticas.
En España, solo un 13% de los hipertensos tratados en consultas de Atención Primaria o de Cardiología tienen un control óptimo de su PA (PA<140/90mmHg) y un 16% de los hipertensos tratados solo en las consultas de Atención Primaria.
Existen evidencias entre incumplimiento y morbimortalidad cardiovascular.
Cuanto mejor se controle la presión arterial, la diabetes y el colesterol, la reducción de la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares está probada científicamente.
El uso de protocolos estandarizados de tratamiento y de un conjunto básico de medicamentos, junto con un registro clínico para el seguimiento y la evaluación del paciente, así como el empoderamiento de estos, mejora la adherencia terapéutica y la reducción de la morbimortalidad cardiovascular.
A la hora de mejorar la adherencia en pacientes con alto riesgo cardiovascular, es importante hacer un seguimiento exhaustivo para saber si está cumpliendo con las recomendaciones establecidas.
Es importante que haya una buena comunicación entre el paciente y el médico para detectar posibles dudas y miedos sobre su enfermedad y su tratamiento.
También es recomendable fomentar una intervención individual entre el paciente y el personal sanitario. Es necesario que el paciente entienda y esté de acuerdo con su plan terapéutico.
Si el paciente no retira la medicación de la oficina de farmacia, y por tanto no cumple con su tratamiento, a la larga puede suponer costes mayores para la sociedad.
La repercusión de la adherencia terapéutica deficiente crece a medida que se incrementa la carga de la enfermedad crónica. Los pacientes con bajos niveles de cumplimiento presentan un peor estado de salud.
Es conocido que una adherencia baja en los tratamientos crónicos conlleva una evolución desfavorable de la enfermedad, más ingresos hospitalarios y más visitas a los Servicios de Urgencias.
En este contexto, las combinaciones fijas aportan beneficios, ya que se reduce el número de comprimidos, de tomas e incluso se ahorra en embalaje para la sostenibilidad ecológica.
Suponen un elemento de comodidad y ayuda al paciente en su cumplimiento terapéutico. Su opinión influye y se tiene en cuenta. En su mayoría, los pacientes prefieren tomar el menor número de comprimidos posible. Esto facilita la adherencia al tratamiento.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Carla Olmo Azuaga, Carmen Gómez Montes y Rida Nagib Raya, y los cardiólogos Isabel Piñero Uribe y German Merchán Ortega, de Málaga, y el médico general Iñaki de la Rua Tolosana y los cardiólogos María José Morillas Bueno, José María Basurto Hoyuelos, Esther Recalde del Vigo y Javier Pindado Rodríguez.
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