Un nuevo estudio, realizado por varias universidades estadounidenses y publicado en el ‘Journal of American Medical Directors (JAMDA)’, confirma que el riesgo de enfermedad grave por COVID-19 entre los residentes de residencias de ancianos con vacunación completa es bajo.

Los investigadores descubrieron que los residentes de 85 años o más con ciertas comorbilidades como cardiopatías y nefropatías eran más vulnerables, pero que el riesgo de enfermedad grave por COVID-19 entre los residentes con vacunación completa era inferior al 10 por ciento. Entre los residentes de la muestra, los factores asociados con enfermedad grave incluyeron: la edad de 85 años, la incontinencia intestinal, la enfermedad arterial coronaria, enfermedad renal crónica y la esquizofrenia.

El estudio, titulado ‘Resident Factors Associated with Breakthrough SARS-COV-2 Infections’ (Factores de los residentes asociados a las infecciones irruptivas por SARS-COV-2), examinó los datos de 23.172 residentes totalmente vacunados de 984 residencias de ancianos entre marzo y noviembre de 2021 y descubrió que solo el cinco por ciento desarrolló un incidente de infección irruptiva (IAV) por COVID-19, independientemente de la variante, durante ese periodo.

También se halló que menos del diez por ciento de los residentes vacunados con una infección intercurrente requirieron hospitalización o fallecieron en un plazo de 30 días (8,6%).

Frecuencia con la que se producen infecciones

“El objetivo del estudio era examinar la frecuencia con la que se producen infecciones y enfermedades graves entre los residentes de residencias de ancianos que han recibido la serie de vacunas COVID-19″, afirma la coautora del estudio y directora asociada del Centro de Investigación Musculoesquelética y Científica Asociada del Instituto Hinda y Arthur Marcus para la Investigación del Envejecimiento en Hebrew SeniorLife, la doctora Sarah D. Berry.

La doctora Berry asegura que, “a pesar de los cambios en el virus COVID-19, el riesgo de infección grave en adultos mayores vacunados en residencias de ancianos es bajo“. “Los hallazgos del estudio son significativos”, declara.

Este descubrimiento es significativo porque, según la coautora del estudio, “las tasas de IAV y enfermedad grave pueden variar con otras variantes, pero los factores de riesgo de enfermedad grave son probablemente similares y pueden ayudar a los proveedores a predecir quién enfermará durante futuros brotes”.

En este estudio retrospectivo de cohortes colaboraron la Universidad de Brown, la Universidad de Nueva York y la Universidad de Michigan.

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