Un pequeño estudio ha sugerido que el colesterol materno elevado durante el embarazo se asocia con ataques cardíacos más graves en la descendencia adulta joven, según publican los investigadores en el ‘European Journal of Preventive Cardiology’, una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
“El colesterol no se mide de forma rutinaria durante el embarazo en la mayoría de los países, por lo que hay pocos estudios sobre su asociación con la salud de la descendencia”, advierte el autor del estudio, el doctor Francesco Cacciatore, de la Universidad de Nápoles Federico II (Italia).
“Se necesitan más investigaciones para verificar nuestros hallazgos –continúa–. Si se confirma, esta asociación indicaría que el colesterol alto en el embarazo debería considerarse una señal de alarma y habría que animar a las mujeres a hacer ejercicio y reducir su consumo de colesterol. Además, a los niños afectados se les podría proporcionar orientación sobre la dieta y el estilo de vida con el fin de prevenir las enfermedades cardíacas más adelante”, apunta.
El colesterol materno durante el embarazo se correlacionó significativamente con cada medida de la gravedad del infarto (número de vasos, fracción de eyección, CK y CK-MB).
Los investigadores analizaron la asociación entre el colesterol materno durante el embarazo y la gravedad del infarto tras ajustar la edad, el sexo, el índice de masa corporal (IMC), el número de factores de riesgo cardiovascular (obesidad, tabaquismo, hipertensión arterial, antecedentes familiares de cardiopatía o colesterol elevado, diabetes, angina previa) y el colesterol sérico medido tras la hospitalización por el infarto.
El colesterol materno durante el embarazo predijo la gravedad del infarto independientemente de la edad, el sexo, el IMC, el número de factores de riesgo y el colesterol sérico tras la hospitalización, con una odds ratio de 1,382.
El nivel de colesterol de las madres embarazadas estaba significativamente correlacionado con ambas medidas de riesgo de aterosclerosis, incluso después de ajustar por edad, sexo y factores de riesgo cardiovascular.
El doctor Cacciatore resalt que sus observaciones sugieren que el nivel de colesterol de la madre durante el embarazo influye en la programación del desarrollo de la descendencia y en la gravedad del infarto en la edad adulta. “Sin embargo, el estudio no establece la causalidad, ni nos permite estimar cuánto puede contribuir el colesterol materno a la gravedad del infarto”, añade.
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