Las estatinas son el tratamiento de elección en prevención primaria. De acuerdo con las guías de la ACC/AHA, las estatinas se pueden clasificar según su eficacia para reducir el cLDL. De intensidad baja-moderada (reducciones de cLDL de entre 30 % y menos del 5 0%) y de alta intensidad (reducciones de cLDL ligeramente superiores al 50 %).
Cuanto más bajo sean los niveles de LDL, mejor. De hecho, las recomendaciones se centran en reducir aún más los niveles de cLDL para tres de las cuatro categorías de riesgo en las guías ESC/EAS de 2019 sobre el manejo de las dislipemias.
Así, para los pacientes de muy alto riesgo, los objetivos de cLDL no solo han disminuido de 70 mg/dL a 55 mg/dL, sino que además se establece el objetivo de lograr una reducción de al menos el 50 % desde el inicio.
Sin embargo, para alcanzar estos objetivos tan exigentes, la combinación con otros fármacos hipolipemiantes en estos casos es casi obligada. La combinación de estatinas y ezetimiba supone una optimización del tratamiento hipolipemiante en prevención primaria.
En los últimos años, ensayos clínicos han puesto de manifiesto una reducción de los niveles de cLDL más marcada con la combinación de estatina y ezetimiba que con estatinas en monoterapia, lo que conduce a una mayor reducción de los eventos cardiovasculares sin aumento de los efectos secundarios.
El tratamiento con estatinas en prevención primaria reduce el riesgo de mortalidad total, de eventos coronarios, eventos cardiovasculares, ictus y revascularizaciones. También reduce el riesgo de ictus, aunque en menor magnitud que los eventos coronarios, y podría reducir el riesgo de mortalidad total.
En prevención primaria de enfermedad cardiovascular se debe tener en cuenta el riesgo cardiovascular basal del paciente cuando se inicie el tratamiento.
En los pacientes con enfermedad cardiovascular previa se habla de prevención secundaria, donde hay que ser muy estricto en el control de LDL.
Las últimas guías del síndrome coronario remarcan con una evidencia IA los objetivos de colesterol LDL < 70 mg / dL (o > 50% si LDL basal entre 70 y 135 mg/dL). No obstante, hay que tener en cuenta que ciertos trabajos aconsejan incluso unos niveles de colesterol por debajo de 50. Si no se consigue con estatinas, se debe añadir ezetimiba para llegar a los objetivos.
Existe una relación lineal entre los descensos de mg de LDL y la reducción de los episodios cardiovasculares mayores, como son infartos de miocardio e ictus mortal o no mortal.
Asociar estatinas y ezetimiba supone un beneficio adicional por actuar conjuntamente por diferentes mecanismos en la reducción de la LDL.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Endocrinología y Nutrición Antia Fernández Pombo, Rocío Villar Taibo y Paula Andújar Plata, del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, y Claudia Inés González Noguera, Carlos José Jover Urquiza y Rita Karina Martini.
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