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La actividad física protege frente a las infecciones respiratorias agudas (IRAs)

La falta de actividad física se ha establecido como un factor de riesgo para algunas enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Más allá de estas relaciones, una revisión de estudios científicos ha puesto de manifiesto que a mayor nivel de la actividad física, menor riesgo de infecciones respiratorias agudas (IRAs) así como un menor número de síntomas en el caso de que se llegue al contagio. Este trabajo ha sido publicado en la revista científica Journal of Sport and Health Science1.

Las infecciones respiratorias agudas entre las que se incluyen el resfriado, la gripe, la neumonía, la bronquitis o la COVID-19 son patologías muy frecuentes que generan una gran carga, tanto en términos de salud así como económicos. No en vano, estas patologías se encuentran entre las principales causas de discapacidad y mortalidad, tanto en adultos como en niños2.

La relación entre la falta de actividad física y estas infecciones se ha hecho más evidente a raíz de la pandemia donde se han desarrollado diversos estudios que han demostrado que el riesgo de resultados graves por COVID-19 es significativamente más elevado en personas con poca condición física y que realizan poco deporte, incluso ajustando otros factores de riesgo.

De hecho, en los grupos físicamente más activos, el menor riesgo de padecer COVID-19 grave y otras IRAs se ha atribuido a los efectos inmunoprotectores inducidos por el ejercicio físico, incluida una inmunovigilancia aumentada contra los patógenos y una disminución de la inflamación sistémica2.

En lo que se refiere al riesgo de mortalidad a causa de las infecciones respiratorias agudas, tanto bacterianas como virales adquiridas, según se recoge en esta revisión se puede ver reducido entre un 36 % y un 40 % en el caso de adultos que realizan una actividad física de moderada a vigorosa frente a los físicamente inactivos2.

Reducción de los síntomas

Otro de los aspectos analizado en los estudios revisados tenía que ver con la posible reducción de los síntomas de las IRAs en aquellas personas que realizan una mayor actividad física de forma regular. Los autores concluyen que, además de reducir el riesgo de mortalidad, la actividad física también disminuye significativamente los días que dura la enfermedad, así como la importancia de los síntomas2.

En este sentido, uno de los trabajos revisados se centró, precisamente, en el análisis de los síntomas y la gravedad de las infecciones respiratorias del tracto superior en personas que referían realizar una actividad física y perfiles más sedentarios. Según los resultados, el número de duración de estas patologías se redujo significativamente en un 43 % en los individuos que hicieron ejercicio aeróbico durante cinco días a la semana o más frente a los que no realizaron actividad física. Ese porcentaje ascendió a un 46 % cuando se comparó a los sedentarios con personas con alto rendimiento físico (tipo fitness).

En cuanto a los síntomas, el estudio revisó la gravedad de la enfermedad así como los síntomas de las infecciones. Ambas se redujeron entre un 32 % y un 41 % en aquellos que presentaban buenas aptitudes físicas y realizaban deporte habitualmente2.

El ejercicio es medicina

A la vista de los datos analizados, los autores de la revisión subrayan la necesidad de considerar la falta de actividad física como un factor de riesgo para las infecciones respiratorias agudas. También señalan la importancia de destacar los beneficios del ejercicio en la progresión de estas patologías.

Finalmente, concluyen que ‘el ejercicio es medicina’ por lo que esta máxima también se debe tener presente a la hora de abordar el manejo de estas infecciones2.

El ejercicio tenido en cuenta en la mayoría de los trabajos y que ha servido de referencia para esta revisión han sido las pautas ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ellas se recomienda para los niños entre cinco y 17 años una actividad aeróbica de, al menos, 60 minutos al día. A partir de esa edad y hasta los 64 años, sugieren hacer deporte entre 150 y 300 minutos, es decir, entre dos horas y media y cinco, a la semana3.

 

Referencias:

1 David C. Nieman, Camila A. Sakaguchi. Physical activity lowers the risk for acute respiratory infections: Time for recognition. Journal of Sport and Health Science. Volume 11, Issue 6. 2022. Pages 648-655. ISSN 2095-2546. https://doi.org/10.1016/j.jshs.2022.08.002.

2 DC Nieman, DA Henson, MD Austin, W. Sha. Upper respiratory tract infection is reduced in physically fit and active adults. Br J Sports Med, 45 (2011), pp. 987-992.

3 Bull FC, Al-Ansari SS, Biddle S, et al. World Health Organization 2020. Guidelines on physical activity and sedentary behaviour. Br J Sports Med. 2020;54:1451–62.

blanca.erce@gruposaned.com

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